Xcaret, santuario de aguas cristalinas en México
Por Otto Rodríguez
OneTravelGuru.com
Cuando el planeta era un sitio virgen sin un ápice de contaminación, tiene que haber sido como es hoy Xcaret, un rincón natural al que muchos llaman paraíso sagrado, y otros simplemente no encuentran la frase adecuada para describir.
Situado a 55 millas de Cancún, en México, Xcaret es un fabuloso parque eco-arqueológico donde durante casi 11 siglos estuvo uno de los más importantes asentamientos mayas. Actualmente, en medio de una zona selvática y prácticamente virgen, tucanes, flamencos y aves de vivos colores, revolotean entre rosas salvajes y se posan en frondosos árboles de cedro y caoba, mientras jaguares, monos y venados merodean en su propio hábitat.
Quizá por su longevidad, además de su exquisita belleza natural, es que muchos al visitar Xcaret experimentan la sensación de reposar en un paraíso perdido, donde los humanos son testigos, un día tras otro, del milagro de la vida en la Tierra y en el agua.
Tan cristalinas y azules son las aguas de Xcaret que entre los mayas existía la creencia de que en ella podían purificar el cuerpo, y por eso hicieron del baño en sus playas un rito antes de comenzar sus travesías a Cozumel.
Algunas de las ruinas mayas han sido excavadas y restauradas, en tanto otras se preservan vírgenes cubiertas por la jungla y guardando con celo sus misterios, tal y como fueron halladas por los primeros exploradores.
Aguas cristalinas
Quizá una de las atracciones favoritas de Xcaret es un río subterráneo de aguas cristalinas protegida por cavernas y formaciones coralinas, que durante milenios estuvieron sumergidas en el mar. Cuando la luz solar se filtra entre las rocas, esas aguas se transforman en un mar de colores a lo largo de un recorrido de casi media milla.
Un santuario de aves silvestres es otra de las maravillas de Xcaret. En él viven varias decenas de especies de aves, muchas de ellas con plumaje de peculiar colorido. Entre éstas resalta la asombrosa belleza de los tucanes.
El parque tiene también un jardín botánico en el que pueden apreciarse, en su hábitat natural, grandes variedades de flores y todo tipo de plantas de hermosísimo follaje. El recorrido dentro del jardín transcurre en medio de veredas con una rica fauna.
El acuario, otra de las instalaciones del parque, es el único del mundo donde pueden verse los diferentes ecosistemas coralinos característicos de las profundidades del mar Caribe. Aquí, los especialistas del parque han logrado el nacimiento de cerca de 100 colonias coralinas en cautiverio.
Además de estas atracciones, hay una que resulta especial para los visitantes del norte del hemisferio: las exquisitas playas, de fina arena, bañadas por las aguas del Golfo de México.
Más tarde, cuando el día está a punto de terminar en este paraíso sagrado, las cenas y platos tradicionales mexicanos son también parte de la aventura de visitar Xcaret.
Cocina mexicana de primera
Los amantes del marisco hallarán en La Caleta el sitio ideal para disfrutar de una langosta bajo la sombra de grandes árboles, muy cerca del romper de olas. Quienes prefieren el típico sabor mexicano, pueden llegarse a La Cocina, donde el chile domina la sazón de muchos de los platos que allí se sirven.
Las noches en Xcaret son también extraordinarias, pues existe una amplia variedad de actividades en las que señorea la música y los bailes típicos mexicanos.
Pero la mayor magia de todas es justamente vivir la aventura, aunque sea efímera, de llegar a este paraíso, respirar su especial brisa, mojarse la piel en el agua exquisita de sus playas, y sobre todo sentir los siglos de historia que aún se siente en las ruinas de este mundo maya que nos dejó el pasado.
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