Sonreír a aeromozas podría llevarlo lejos
Por Otto Rodríguez
OneTravelGuru.com
A pesar de que volar largas distancias durante horas ya no tiene el mismo glamour de hace décadas, cuando la atención a los pasajeros era excepcional, hay algo que usted puede hacer para que su viaje intercontinental sea mucho más placentero.
Es algo tan simple como sonreír a las aeromozas a la hora de abordar. Ese menudo gesto de reconocer como individuo a la persona que le da la bienvenida a la aeronave puede marcar la diferencia entre recibir un servicio excelente, o una atención ordinaria.
Traducido en servicio, sería algo así como: “¿desea otra cerveza o vino?”, o “lo siento, pero si quiere otra cerveza o vino, debe pagar”, seguido por una sonrisa fría.
De manera que si usted es de esos viajeros que, por una u otra razón, no le presta atención a quién lo recibe cuando entra a un avión, es recomendable que al menos haga un esfuerzo y salude a las azafatas.
En el popular blog Flyertalk , una veterana aeromoza de la aerolínea JetBlue indica que la razón más importante que ella tiene para atender a un pasajero con deferencia está relacionada directamente en cómo ese pasajero trata al personal de servicio a bordo.
Según Amanda Pleva, la peor parte de su trabajo “no es limpiar desechos de pasajeros indispuestos ni tener que lidiar con viajeros airados que gustan de gritar a las aeromozas, sino ser ignorada por alguien que aborda mientras ella trata de darle la bienvenida”.
De manera que sin importar si usted tuviera o no la dicha de volar en primera clase, una pizca de civismo y decencia elemental, pueden hacerle su viaje mucho más corto y placentero.
