Skagway abre una ventana a los panoramas del Yukón
Por Otto Rodríguez
OneTravelGuru.com
Skagway, un remoto pueblo de Alaska que abre sus puertas apenas cuatro meses al año, ofrece una de las excursiones más espectaculares del planeta.
Se trata de un paseo en tren de tres horas y media que rememora la ruta de la fiebre del oro de Klondike, cuando entre 1896 y 1899 alrededor de 100,000 personas se aventuraron a la prospección de ese mineral en la región canadiense del Yukón.
La excursión, conocida como White Pass y la Ruta del Yukón, pasea al viajero durante 40 millas entre montañas, glaciares, inmensas cascadas, imponentes precipicios, túneles y otros sitios históricos, en un recorrido que parece sacado de un cuento de hadas.
Al salir de Skagway, en una distancia de alrededor de 20 millas la locomotora y una decena de vagones de aspecto antiguo ascienden a casi 3,000 pies, hasta llegar a la cima de un lugar conocido como White Pass, desde donde puede también divisarse el trillo Chillkoot, usado por los miles de exploradores que buscaron fortuna en las frías regiones de Alaska y zonas vecinas de Canadá.
Maravillosos paisajes
La fiebre del oro comenzó en 1896, cuando un grupo de mineros halló un poco del preciado metal en el Yukón. Un año después, la noticia llegó a San Francisco y Seattle, en Estados Unidos, lo cual provocó una estampida de aventureros hacia allí.
Esos hechos han sido inmortalizados en novelas, cuentos, fotografías y en películas como La Químera de Oro, del inigualable cineasta Charles Chaplin.
Durante este paseo en tren, el visitante puede apreciar no sólo los maravillosos paisajes, sino también el clima extremadamente inclemente al que se enfrentaron aquellas almas a fines del siglo XIX en su búsqueda del metal amarillo.
También puede el visitante admirar el atrevido recorrido, en cuya construcción participaron decenas de miles de personas y en la que se utilizaron cientos de toneladas de explosivos con el fin de moldear las majestuosas montañas del Yukón. Considerada una maravilla de la ingeniería civil, la vía férrea aparece en una exclusiva lista de puntos históricos internacionales que incluye obras como el Canal de Panamá, la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad.
La excursión es totalmente narrada e indica sitios de interés histórico, célebres puntos de la espectacular topografía y anécdotas relacionadas con la fiebre del oro.
Luego de esta aventura en ferrocarril, vale la pena caminar por Skagway, un pueblo que parece congelado en el tiempo. Aquí se puede ver lo mismo una taberna con figuras de cera y artefactos de la época que disfrutar de excelentes cervezas de microdestilería en lo que fue el burdel The Red Onion Saloon, que conserva aún la misma fachada y ambiente de aquellos tiempos.
Skagway es también un paraíso para los montañistas y senderistas, quienes pueden deleitarse con los bellos panoramas del Yukón explorando los trillos que abundan en esta legendaria región.
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