El distrito de Nyhayn es un área emblemática de Copenhagen.

Como mejor se disfruta Copenhagen es en bicicleta

Por Ada Méndez
OneTravelGuru.com

La mejor forma de saber qué hacer en la hermosa Copenhagen, la capital de Dinamarca, es hacerte de un par de ruedas. Sí, porque esta urbe europea es una atractiva ciudad cuyas avenidas adoquinadas y canales, como mejor se disfrutan es en bicicleta.

Y si además le rentas a Baisikeli estarás apoyando una buena causa; y pedalear en el Bike Snake, una novedosa vía de circular en dos ruedas, te abrirá el apetito.

Si no puedes apartar una mesa en el mundialmente famoso restaurante Noma, puedes resarcirte en los muy cercanos y de nueva creación Amass and Relae, o probar la nueva cocina nórdica en los mercados Papiroen y Torvahallerneen.

Termina tu noche con los novedosos cócteles (especialmente el de Dr. Pepper con ron, ciruelas, pimienta negra y limón en el Mikropolis) que han inundado la ciudad desde que se dieron a conocer.

Otra de las cosas más divertidas a disfrutar en Copenhagen es rentar un bote de motor y circunvalar el puerto para admirar las casas típicas y la arquitectura escandinava desde los canales Nyhayn y Christianshavn. Podrás navegar hasta la estatua de bronce de la Sirenita y la Casa de la Opera.

Los viajeros más activos pueden optar por alquilar paseos en kayaks, que ofrecen vistas maravillosas de la ciudad y sus alrededores.

Otra de las atracciones consiste en las comunidades hippies y chic, una alternativa del barrio Christiania (haz una parada en el Woodstock café, donde sirven económicos desayunos y juegos de backgammon por las tardes) para divisar las galerías y talleres que se alinean en las calles. El barrio esconde un precioso lago flanqueado por tres casas y bonitos edificios.

Y si te interesan la historia y la política de Dinamarca, todavía regidas por una milenaria monarquía, visita uno de los muchos castillos abiertos parcialmente al público y observa el emblemático cambio de guardia en el Palacio Amalienborg, o maravíllate con la corona y las joyas de la familia real en el Castillo Rosenborg.

Si te quedara tiempo, no dejes visitar los famosos Jardines de Tívoli, el parque de diversiones más antiguo del mundo y en el que Walt Disney se inspiró para crear su Disneyland.