Tres ciudades de Francia tan apasionantes como París
Por Ada Méndez
OneTravelGuru.com
París, como se suele decir, bien vale una misa. Eso todos lo sabemos, como también que nunca el tiempo es suficiente para recorrer el Museo del Louvre, la Torre Eiffel, Pigalle, los Campos Eliseos y todas las maravillas que siempre ofrece la llamada Ciudad luz.
Pero hay otras ciudades más pequeñas en ese país que tienen tanto encanto como ella. Estas son algunas de ellas:
1) Amboise
Para empezar, la arquitectura de esta ciudad es uno de los rasgos que la definen. La región donde está ubicada se denomina Loire Valley; queda a escasas tres horas de París por carretera y es la cuna de castillos de la era renacentista. Hoy día puedes disfrutar aún de esas edificaciones hechas con vigas de madera y visitar el recién remozado castillo Chenonceau -una verdadera obra maestra de arquitectura, construido como un puente sobre el río Cher- y sus galerías interiores.
Cerca de allí, está Chambord, el coto de caza que más tarde se convirtiera en uno de los lugares de alojamiento del rey Luis XVI, con su escalera de doble espiral, básicamente una estructura de dos escaleras entrelazadas que nunca se encuentran y que según se dice, fue designada por Leonardo Da Vinci.
2) Colmar
Semeja un pueblo de cuento de hadas ya que el canal que la atraviesa y sus calles hechas de guijarros, bien pudieran hacer que tu imaginación te lleve a pensar que estás en Belle, un pequeño poblado de La bella y la bestia. Y estarás claro. La villa Belle, fue diseñada sobre la base de un pueblecito cercano a Riquewihr y Ribeauvillé, muy al alcance de tu recorrido y digno de ser explorado también. Créeme, vas a querer quedarte más tiempo en Colmer, después de todo, estás en el corazón de la Alsacia, el país de vino.
Pero además, debido a su proximidad con Alemania, esta ciudad del noreste, ofrece una mezcla de culturas, especialmente si se trata de la comida. Piensa en esa especie de caserola llamada baeckoeffe, en el choucroute garnie que es la famosísima y deliciosa col agria de Alsacia o en el tarte flameé (la pizza alsaciana) y los pretzels y se te hará la boca agua.
3) Saint-Paul de Vence
Otra ciudad de ensueños es esta pequeñita villa medieval fortificada, de ventosas callejuelas, que se alza en la cima de una montaña. Explórala. Tuerce a ambos lados de cualquier esquina y de repente serás testigo de impresionantes vistas de enormes plantaciones de árboles de olivo y viñedos. Aclamada por sus artísticos escenarios, donde cuelgan Chagall, Picasso y Matisse, es el lugar ideal para el arte, lo mismo si quieres comprar un cuadro de un artista local, que si sólo te interesa visitar sus numerosas galerías y museos contemporáneos.
Al abandonar la zona de peatones solamente, llegarás al portón principal amurallado, donde proliferan graciosas boutiques, tiendecitas artesanales y pequeños centros comerciales con adorables iglesias y fuentes de agua y no, no has entrado mágicamente en una pintura del Renacimiento, pero lo sentirás como si fuera así.
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