Praga, ciudad dorada.

República Checa, un destino único en Europa del este

Por Ada Méndez
OneTravelGuru.com

Aunque hace más de 25 años dejó de llamarse oficialmente Checoslovaquia porque antes estaba unida a la región eslovaca, la gente le sigue llamando así a la República checa, el lugar del mundo que más cerveza consume per cápita porque es muy barata pese a estar entre las mejores del planeta.

Pero no sólo eso, es mucho más sofisticado el país de lo que muchos piensan. Sus más de 200 castillos medievales (y en esto también tienen el primer lugar mundial) parecen sacados de los cuentos de Grimm, lo mismo que sus calles empedradas que aún conservan el sabor de lo antiguo en medio de la vida moderna.

El más afamado, por supuesto, es el Castillo de Praga, su capital, pero también cuenta con la universidad más antigua de toda la Europa central, la Charles, fundada en 1348 por el emperador romano Carlos IV.

Dignos de mención son también sus balnearios de aguas medicinales, entre ellos el celebérrimo Karlovy Vary que ha sido, por muchos años, sede de los más importantes festivales de cine del mundo, y queda a escasas dos horas de manejo desde la capital.

También es muy popular el antiquísimo reloj astronómico praguense, que data de 1410 y que cada rato saca un simpático muñeco representando un viejito que da la hora actual y la existente en los viejos tiempos checos y babilonios.

La República checa se enorgullece también de que muchos famosos son oriundos de allí; entre los más renombrados están el escritor Franz Kafka, el muy laureado cineasta Milos Forman y la tenista Martina Navratilova.

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