Marruecos, un destino que hechiza los sentidos del viajero
Por Otto Rodríguez
OneTravelGuru.com
Marruecos suena como un lugar muy lejano y extraño en el mapa, al menos para quienes vivimos del lado oeste del Atlántico, pero cada vez más en años recientes este enigmático país del norte de Africa se ha consolidado como un atractivo destino para todo tipo de viajeros.
Desde el mismo momento en que llegas a su capital Marrakech es como sumergirse en un mundo diferente lleno de colores vibrantes, lugares exóticos y sonidos que comulgan en el mismo espacio de barrios lujosos y callejuelas que parecen salidas de una película de aventuras.
Marrakech es una ciudad llena de contrastes y la receta perfecta para el viajero curioso, pues aquí lo mismo puedes disfrutar de una cocina de primera, a precios irrisorios, que apreciar innumerables monumentos históricos que ponen de manifiesto todo el esplendor de la rica y milenaria cultura mora.
Para disfrutar de lo mejor de esta vibrante ciudad, es recomendable cualquier alojamiento en el centro de la ciudad, para así tener a la mano toda la actividad que ofrece esta nación que sirve de puente entre Africa y Europa.
Hoteles como La Sultana, Dar Les Cigognes y La Mamounia son un excelente punto de partida para tus andanzas en Marrakech. Este último es un paraíso de art deco construido en el siglo XIX como palacio real y convertido en hotel en 1923. Alojarte aquí y caminar por sus interminables jardines es como ser el protagonista de una película de los tiempos dorados de Hollywood.
Alojarte en el centro te permite explorar la ciudad como mejor se hace, a pié, mientras te sumerges en un mundo caótico pero divertido en el que puedes ver de todo: desde callejones enigmáticos hasta mercados callejeros improvisados por entre los cuales zigzaguean coloridos scooters. Eso sí, mira hacia ambos lados al cruzar cualquier calle.
Otra manera de conocer la ciudad es alquilar un taxi, arreglar el menor precio posible con el chofer y dejar que te paseen por Marrakech a tu tiempo y conveniencia. Los precios de los taxis son muy económicos y este medio de transporte tiene la ventaja de ir acompañado de alguien que conoce los sitios más relevantes.
Si algo atractivo tiene la ciudad son sus innumerables pequeñas tiendas donde puedes comprar artículos del más refinado gusto, entre ellos lámparas, juegos de té, platos artesanales, pieles, joyas, souvernirs y adornos de todos tipos y tamaños. La mecca de estas tiendas, conocidas aquí como “souks”, se encuentra en la parte norte de la conocida y céntrica plaza Jemaa El Fna, desde donde parece orginarse toda la vida de Marrakech.
Parte de la diversión en este universo de compras es regatear el mejor precio posible, de manera que tómate el tiempo de hacerlo, disfruta la experiencia (los mercaderes aceptan gustosamente esta práctica), y sobre todo no aceptes el precio que ves en las vidrieras o mercados callejeros.
Si quieres tener una experiencia de compras más refinada, vete al Complexe D’Artisanat, una versión con aire acondicionado y mucho más occidental donde puedes encontrar los mismos artículos de los souks, pero a un precio fijo y bastante alto.
La comida en Marrakech es por lo general dulzona, exótica e indulgente. Todo tipo de carnes saboreadas con mantequilla y frutas secas de diverso origen son la norma, y además deliciosas.
Pasa un rato culinario memorable en restaurantes como el Bar de La Mamounia, el Grand Cafe de la Poste y Naranj, todos relativamente cerca del centro de la ciudad.
El mejor tiempo para visitar Marruecos en general es durante la primavera y si quieres alejarte del bullicio de la capital, date una escapada a las montañas o la costa, donde hay exclusivos resorts para todos los bolsillos.
Algunos consejos prácticos:
1) No temas regatear precios a la hora de alquilar un taxi o comprar en los mercados callejeros. Ten en cuenta que el primer precio que un mercader o taxista pide es siempre astronómico, vaya como para hacer el día, o la semana, contigo.
2) La hospitalidad en esta parte del mundo es muy importante, de manera que no te asombres si te brindan té u otras bebidas en una tienda. Si no vas a comprar nada, rechaza la invitación diplomáticamente.
3) Evita los callejones tarde en la noche, por muy atractivos que te parezcan. No necesariamente por una razón de seguridad, sino que la parte vieja de la ciudad puede resultar confusa de transitar a pie.
4) Es recomendable que las mujeres eviten caminar la ciudad en shorts y con ropa demasiado descubierta.
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